martes, 8 de enero de 2013

Dos mil. Capítulo trece. Página octava.

  Mañana agitada para poder despedirme hasta (con un poquito de suerte) después de Carnaval. Eso es Febrero. Sí, lo sé. Es mucho tiempo. Los echaré muchísimo de menos.

  Viajecito a Madrid en bus. No me gusta el bus. Acabo la espalda hecha puré.

lunes, 7 de enero de 2013

Dos mil. Capítulo trece. Página séptima.

  Lunes. Dichosos y asquerosos Lunes. Y más asquerosos cuando no es un Lunes cualquiera, hoy es EL Lunes. Hay que empezar con la rutina poco a poco.Comenzar a hacer los trabajos y demás telares de la rutina invernal.

domingo, 6 de enero de 2013

Dos mil. Capítulo trece. Página sexta.

  El día cinco de enero para mí terminó esta mañana a las siete. Había que esperar a los Reyes Magos bien despierta y si puede ser de fiesta en un garito o al lado de una hoguera para que luego te atufe toda la ropa.
  Cuando conseguí levantarme al mediodía esos Reyes Magos particulares que todos tenemos en casa ya estaban comiendo (¡ni me habían esperado para comer juntos!).
  Bueno, al menos se portaron bien.

sábado, 5 de enero de 2013

Dos mil. Capítulo trece. Página quinta.

  He tenido que volver a estudiar, se acercan los exámenes y en estas felices vacaciones navideñas no he hecho absolutamente nada. Ahora vendrán las prisas y los "¿ese trabajo era para la semana que viene? ¿qué me estás contando?".
  Por suerte tengo al estudiante número uno como mi mejor amigo y compañero de piso en Madrid. Con suerte él ya tendrá terminado el suy...*Give it to me, baby...* Un whatsapp. Era él. Decía que ya había terminado el trabajo y que cuando fuéramos  a Madrid podríamos hacer el mío tranquilamente. ¡Qué majoso!

viernes, 4 de enero de 2013

Dos mil. Capítulo trece. Página cuarta.

  He vuelto a quedar con los locos de mis amigos. Parece que les va mejorando el aspecto poco a poco.

  He podido descubrir que Isa y Dani se han dado un descanso. Como Rachel y Ross en la serie de los noventa. Y mira lo que hizo Ross...

  Tengo un grave problema con algunos regalos de Reyes... será mejor pedir ayuda y así ayudarnos mutuamente entre algunos.

  La hora del deporte nacional. Hora de la siesta. Adoro este momento del día.


jueves, 3 de enero de 2013

Dos mil. Capítulo trece. Página tercera.

  Por fin he podido ver a mis amigos por completo desde que los dejé el día de año nuevo por la mañana. Sabía que alguno no podría recuperarse del todo hasta dentro de... bueno, quizás lo viera así de demacrado durante varios meses.

  No es por malmeter pero Isa no debería de llevar esa falda tan corta si quiere conservar a Dani. Porque... siguen juntos, ¿verdad? Tengo que informarme al respecto si no quiero meter la pata como siempre.


                                                                                                                                                        [[¿Qué es Dos mil. Capítulo trece?]]

miércoles, 2 de enero de 2013

Dos mil. Capítulo trece. Página segunda.

   Mi madre me ha dejado dormir hasta las doce (¡¡yuhu!!). Es bastante misterioso, pero al poco de hacer mi desayuerzo (desayuno + almuerzo), mi madre se aproxima lentamente a la cocina donde estoy fregando el vaso de zumo y me da la grandiosa noticia. Hoy es día de visita a familiares, por eso de felicitar el año nuevo y esas cosas.

  No me malinterpretes... no es que no quiera a mi familia, es que tengo trescientos sesenta y cinco días por delante para felicitarle el año nuevo. Y sobre todo a mi abuela, que hará sus preguntitas. "¿Cuándo piensas casarte?", "¿es que no quieres que conozca a tus hijos?". Abuela, tengo veinticinco años... ¡déjame disfrutarlos!



martes, 1 de enero de 2013

Dos mil.Capítulo trece. Página primera.

 Hora oficial de salida del sol: nueve menos ocho minutos de la mañana.
 Hora de mi amanecer personal: cuatro y tres minutos de la tarde.

 Ayer, día treinta y uno de Diciembre del año dos mil doce, fue el último día de ese año. (¿Quién no lo sabía? ¿Tú? ¡¿En qué mundo vives?!)
 Fue una noche realmente movidita y hoy el cuerpo se resentía. Un dolor recorre todo mi cuerpo, me siento como mi abuela. Realmente no tengo ganas de levantarme de ese gran paraíso en el que se había convertido mi cama. Blandita... suave... Solo me faltaba ronronear cual gatito entre los brazos de su dueño.

 Día realmente inexistente para la mayoría de la especie humana. Levantarse obligado, comer obligado, "ver la tele" obligado e irse a la cama voluntariamente a las diez de la noche.
 Todos hemos sentido esas miradas entre sorpresa y preocupación de nuestros padres por ir a la cama tan temprano.